Claudio
Arrau nació en Chillán, Chile, el 7 de febrero de 1903, era hijo de don
Carlos Arrau y de doña Lucrecia León. Su madre fue su primera maestra.
Con sólo tres años y medio, Claudio tocaba pequeñas obras de Mozart y
aprendía a leer música antes que a leer y escribir. A los cinco años
ofreció su primer recital en el Teatro Municipal de su ciudad natal.
El
pequeño Claudio asimilaba conocimientos musicales con una facilidad y
rapidez extraordinarias. Su capacidad para leer música y comprenderla de
inmediato, provocaba el asombro en los profesionales de la música. Su
madre lo llevó en 1911 a Santiago, donde visitaron al Presidente de la
República y a miembros del Congreso, ante los cuales Claudio exhibió sus
admirables dotes. En 1910 le fue entregada una asignación económica del
Gobierno de Chile para financiar sus estudios a Alemania.
En
Alemania la pianista chilena Rosita Renard, puso a Arrau en contacto
con el renombrado maestro Martin Krause, discípulo directo de Franz
Liszt, quien, a su vez, fuera discípulo de Carl Czerny, alumno del
propio Ludwig van Beethoven. Después de escucharlo el maestro Krause le
dijo a doña Lucrecia: "Este niño será mi obra maestra". Mientras
estudiaba en el Conservatorio Stern, bajo la dirección de Krause, Arrau,
a los once años, estaba ya imbuido en los "Estudios de Ejecución
Trascendental", de Liszt. En la estricta y reservada Academia germana,
el jovencito provocó el mismo revuelo que en Chile, al demostrar su
sensibilidad musical y su férrea voluntad para estudiar sin concederse
descanso. Al poco tiempo fue llevado a diferentes ciudades europeas, en
todas las cuales sus recitales y conciertos fueron aclamados con
entusiasmo. En 1918, fallece M. Krause. Arrau le profesaba profundo
afecto y reconocimiento no solamente por cuanto de él aprendió de la
música y del instrumento, sino, además, por la cultura general que le
transmitió paralelamente.
En 1920,
a los 17 años, Arrau debutó con la Filarmónica de Berlín bajo la
dirección de Karl Muck. En 1921, viaja a Chile y una multitud lo recibe.
Cabe destacar que a los 22 años, Arrau vuelve al Conservatorio Stern,
pero ahora como Profesor.
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Foto de su niñez |
Durante los años
siguientes, gana un premio tras otro y en 1927 llega su consagración
definitiva al obtener el Gran Premio Internacional de Piano, en Ginebra.
En la década del 30, viaja por todo el mundo y ofrece conciertos bajo
batutas tan célebres como las de B. Walter, E. Kleiber, y W.
Furtwaengler. Cumple hazañas tales como tocar, en Berlín, toda la música
de J.S. Bach para el teclado en doce sesiones; las Sonatas de Mozart en
cinco recitales, Las Sonatas de Schubert y toda la producción
pianística de Chopin. Haciendo gala de su prodigiosa memoria, ejecuta en
Viena, en recitales sucesivos, los 48 Preludios y las 48 Fugas de "El
Clavecín Bien Temperado" , de J.S. Bach.
En
1938, Claudio Arrau contrajo matrimonio con la mezzo-soprano Ruth
Schneider, con la cual tuvo una hija, Carmen, y dos hijos: Mario y
Christopher.
En 1941 Arrau se traslada a Estados Unidos. Por aquel entonces, el Maestro da un promedio de cien representaciones anuales.
En
1943, inaugura en Nueva York la "Academia Claudio Arrau" con su
colaborador Rafael de Silva. Bajo su guía pasan también pianistas
chilenos: Mario Miranda, Alfonso Montecinos, Edith Fischer, Galvarino
Mendoza y Enna Bronstein.
Entre
1950 y 1980, Claudio Arrau es requerido por los Sellos Grabador es para
grabar más de cuatrocientos discos. En el ínterin, efectúa giras por
todos los continentes. Participa en el Festival de Mayo, en Praga, donde
la cortina debe abrirse 28 veces porque la concurrencia no cesa de
ovacionarlo.
Las alturas
alcanzadas por Arrau en los terrenos de la música, son atribuibles no
solamente a sus dotes naturales y al talento con el que llegó a este
mundo, sino a su voluntad férrea, a su estoica disciplina, a su
voracidad por el saber y a su amplísima y profunda cultura general y
dedicación al estudio de la Historia y de las etapas y estilos en los
que las vidas de los geniales maestros cuyas obras interpreta se
desarrollaron. Arrau escudriña partituras en sus originales, examina los
testimonios sobre las composiciones y analiza las referencias
extramusicales.
Su manera de tocar
el piano parte de un poder extraordinario de relajación muscular y de
su poderosa capacidad de concentración. Arrau emplea todo el cuerpo y
logra integrarlo al instrumento en una asociación que lo coloca en un
plano superior al de la fatiga física. Es difícil encontrar, en toda la
Historia del Arte, una carrera más extensa y rica en conquistas
artísticas, así como también de reconocimientos consagratorios. Pero el
prodigio de Claudio Arrau, por sobre todas las cosas, ha sido posible
por su humildad inveterada e inalterable que lo mantuvo siempre alejado
de cualquier forma de vanidad.
El
repertorio de Arrau, muy vasto, abarcaba desde Bach hasta los autores
contemporáneos, pasando por Mozart, Beethoven, Liszt, Schubert, Chopin o
Debussy. Arrau no sólo fue uno de los más destacados pianistas del
siglo XX, sino también uno de los últimos continuadores de una tradición
interpretativa que hunde sus raíces en Franz Liszt: aquella que
considera el virtuosismo técnico únicamente como un medio para servir a
la música, y no como un fin en sí mismo.
Claudio
Arrau León falleció en Mürzzuschlag, Austria, a los 88 años, el 9 de
junio de 1991. Sus restos descansan en el Cementerio Municipal de
Chillán la ciudad que lo vio nacer.
Concierto nº 5 para piano y orquesta "Emperador" de Beethoven
Concierto nº 4 para piano y orquesta de Beethoven
Sonata Waldstein de Beethoven